Estos datos se dieron a conocer , y algunos líderes evangélicos han mostrado abiertamente su decepción. De acuerdo a este Censo, los evangélicos somos el 15,14% de la población mayor de 14 años. En comparación con los datos del Censo de 1992, en la última década los evangélicos habríamos aumentado aproximadamente en 1,9% de la población chilena. Es evidente que gran parte del liderazgo evangélico esperaba un crecimiento mayor.
– En comparación a décadas anteriores, el crecimiento evangélico de la última década no tiene nada de espectacular. Por lo tanto, la idea de que estamos en un momento de crecimiento explosivo se parece más a un espejismo, Pareciera entonces, que la gran convocatoria que manifiestan los nuevos movimientos y ministerios se nutre principalmente de miembros de iglesias evangélicas. Parece haber un sector del mundo evangélico que rota entre diversas iglesias y ministerios, y un sector que manteniendo su pertenencia a iglesias evangélicas tradicionales, acude a los programas de diversos ministerios en busca de novedades espirituales.
– Un dato que invita a la reflexión, es que el porcentaje de las personas sin religión (ateas o agnósticas) aumenta considerablemente mientras más alto es el nivel educacional. Este porcentaje es de 9,40% entre personas con educación básica; de 9,91% entre personas con educación media; de 15,31% entre personas con educación superior; y de 20,35% entre personas con 6 años o más de educación superior. La Nación, jueves 27 de marzo 2003
Parece que debiéramos preguntarnos por qué el mensaje de nuestras iglesias parece poco atractivo o interesante a las personas con mayor educación. Una vez más cobra importancia el desafío de una mejor preparación y consagración para responder a los desafíos del presente.-